El interés del estudio
El estudio de las estrellas dobles aporta una gran cantidad de información importante sobre las
estrellas, en particular en términos de masa, de rotación, de radio, de densidad, de luminosidad
y de temperatura superficial. Esta información a menudo sólo puede ser obtenida a partir de las
estrellas dobles, y su estudio es, de esta manera, indispensable para comprender la formación
y la evolución estelar.
La reconstitución de la órbita
En el caso de las estrellas binarias visuales, si la
paralaje
del sistema es conocida, la reconstitución de la órbita y de su semieje mayor permite calcular la suma de
las masas de las dos componentes.
Si, por el contrario, somos capaces de fijar el movimiento de cada una de las componentes con respecto
al centro de masas del sistema, podemos calcular la masa de cada estrella.
La curva de luz y la variación del espectro
El análisis de la forma de las curvas de luz de estrellas binarias eclipsantes permite conocer ciertos
parámetros físicos de las atmósferas de las estrellas del sistema. Cuando ocurre un eclipse total, se
puede determinar la razón de las
temperaturas efectivas
de las dos componentes gracias a una modelización realista del perfil de brillo para cada uno de los
discos estelares.
Si la órbita es circular, se puede obtener la razón de los radios de las estrellas, o los radios mismos si se
conoce la curva de variación de velocidades radiales gracias al análisis del espectro de las estrellas. Este
tipo de situación es muy poco habitual puesto que es necesario que la estrella sea a la vez binaria
eclipsante y binaria espectroscópica. De esta manera, los radios sólo han podido ser medidos
en valor
absoluto para un pequeño número de estrellas. Esta medida es fundamental, ya que es, junto con la
interferometría,
el único medio de medir directamente los radios estelares.
Análisis más detallados
Ciertos sistemas particulares permiten un análisis más detallado de la atmósfera de una de las
componentes. Es el caso, por ejemplo, de la estrella zeta Aurigae, que es un sistema formado por una
estrella gigante
de tipo K
(245 veces la talla del Sol) y por una
estrella enana
de tipo B
de la secuencia principal. La estrella de tipo B, la más luminosa, es eclipsada periódicamente por la
estrella gigante, cuya atmósfera es extensa y difusa, en particular en las regiones más externas. El
análisis espectroscópico de la estrella B, vista en transparencia a través de la atmósfera de la
estrella K permite un análisis fino de las diferentes capas de esta última. El análisis
detallado de la curva de luz puede, a veces, dar la velocidad de rotación de la estrella
eclipsada.